La historia sin fin (con el dragón que parecía un perro que volaba)

En este espacio debería escribir alguna de las historias de misterio que tanto les gustan a mis lectores habituales.
Esas que hablan de mugres, sensaciones y sentimientos ocultos; de calenturas reprimidas, de eventos, de gente que conocen y gente que se imaginan… de la vida en las redes sociales, de internet, del filo, del levante y de la vida real.
Historias de cómo me desubiqué con alguien. De cómo alguien se desubicó conmigo… De un beso en el pasillo de un bar, de un encuentro a media tarde en un telo del Gran Buenos Aires; de un beso que no se animaron a darme, de uno que si di; de un beso que nunca debieron darme, uno que debí dar y una duda que permanecerá para siempre…
De alguien que pensé que era pero no es, del que pensé que NO pero era SI… De idas, venidas, llegadas, persecuciones, escapadas, porciones de pizza, cerveza, sidra, vino y ron con coca. De autos, colectivos, taxis, caminatas eternas y fastidios efímeros.
De lo que se imaginan, de sus fantasías y de la realidad que siempre supera la ficción.
He vuelto reca(r)gada. Ahora empiezo otra vez.