Niveles de excusa

Ante determinadas situaciones el ser humano miente para salvarse, como lo hace el camaleón para confundirse en el ambiente cuando se siente amenazado. Una escapada de fin de semana o unas vacaciones altamente planeadas con un año de anticipación, pueden colgarse de un día para el otro, pero para eso hay que justificarse con los demás.
Tanto en hombres como en mujeres, existen varios niveles de excusa aunque tomen diferente forma –por una cuestión genérica, por supuesto-

H: Mi novia me encontró forros en la campera y ella hace años que toma pastillas. Estoy en gayola, perdón pero no voy a poder.
M: Siempre igual, me dijo que estaba todo bien, pero cuando yo tenía todo organizado le agarró fiebre y dolor de panza. Sorry, pero no puedo zafar e irme, no da.

Este nivel de excusa es el primario, sin esfuerzo. Apto para el 100% de los dejados en bolas, porque todos alguna vez sufrieron un berrinche de la pareja y tuvieron que cancelar para hacer un poco de buena letra. Aunque bastante difícil de creer, nadie se anima a cuestionarlo y se toma como bueno.

H: En serio boludo. Tengo un problema con los testículos, me dijo el médico que es raro pero que pasa. Me puse como una moto el otro día y se me subió, así adentro de la piel. Ni te muestro porque da impresión, tengo que estar en reposo con la pierna para abajo y ponerme hielo. Un garrón, por favor, no se lo digas a nadie que me cago de vergüenza.
M: Estoy re-mal. Hace unos días que tengo una pérdida –ya se me había ido del todo- y fui al gineco y me dijo que por ahí es algo en el útero. Me dio unos estudios que recién tengo turno la semana que viene y mientras tanto, reposo y tomar mucho líquido y nada de movimientos violentos. Por favor, no se lo digas a nadie que me da re-vergüenza.

Un clásico de todos los tiempos, los problemas con los órganos sexuales. Por supuesto que un chichón o una factura expuesta se ven y se muestran, pero nadie se animaría a pedir muestras de “esos problemitas de ahí abajo”. Apto para el 35% de los colgados más discretos, esos que no van a decir nada y cuando oigan la excusa del nivel 1, pensarán en su corazón que saben la excusa correcta PERO SOBRE SU CADÁVER DIRAN ALGO.

H: Me curtí a XXX. Si se entera mi novia me mata, tengo que desaparecer unos días y me la llevo a Cariló hasta que la loca de XXX pare de mandarme sms. Bancame en esta, no se lo digas a nadie. Te dejo mi celular y voy a decir que me lo afanaron. Gracias, te debo la vida.
M: Me curtí a XXX y le dije a mi novio que te lo habías curtido vos. Plissssssss, si te dice algo decile que vos le diste mi celu en lugar del tuyo porque me llenó de sms y no podía justificarlos. También le dije que me había puteado con vos por eso, así que por unos días ni da que nos juntemos. Gracias, te debo la vida.

Uno de los niveles de excusa más osados. Apto solamente para personas que nos deben alguna –o queremos cobrarle alguna que nos haya hecho- y convertirlos en cómplices de nuestra colgada. A diferencia de los del nivel 2, muy probablemente difundan el hecho a los cuatro vientos, lo que sustentará la excusa nivel 1 que dimos al 100% pero con un grado mayor de intimidad.

La realidad es que, con el correr de los preparativos y lo divertidísimo y fructífero que iba a ser:

“juntarnos-todos-dale-al-final-nunca-
podemos-todos-y-siempre-
dejamos-temas-colgados”,

se terminó invitando gente con la que “tal vez” no era tan entretenido tener que tratar en unos días de descanso. Por supuesto que tampoco es muy elegante andar diciendo: “Si, ya sé, estuve rompiendo las pelotas con este viaje y se me fue todo de las manos. Creo que prefiero estar solo/a mirando capítulos viejos de los Simpsons con el aire a fondo y tomando Granadina”. Lo que, en definitivas cuentas, es la más pura verdad.