Instrucciones para ser Marina Torchiari – Tercera Parte

A no desesperar que ya está la tercera entrega del manual para enfrentar el mundo con todas las armas cargadas.
También aprovecho la ocasión para anunciar que con la financiación del Fondo Mundial Para La Lucha Contra La Adicción Al Acti-Regularis en unos meses podrán comprar el libro “Lado Torchiari – Por la sombra pero calentita” en todas las librerías. Mientras tanto, pueden hacer el recap en LADO TORCHIARI de las entregas anteriores y seguir leyendo las próximas sesiones en este mismo blog.

9. Dios existe.

¿Vos pensás que todas las cosas buenas que te pasan son el fruto de tu indiscutible talento? ¿O que las cosas malas solo suceden para explicar la inexistencia de Dios o que Dios te abandonó? Bueno, enterate que si alguna vez dijiste “de puro culo” o “por desgracia” estabas hablando de Dios, porque si no existiera la buena o mala suerte TODO SERIA CULPA DE ALGUIEN. A todo efecto, la existencia de un Ser Superior es necesaria.

10. La ficción (propia) supera la realidad.

En general, carecés de la capacidad de diferenciar la realidad de la fantasía. Salís caminando erguido del cine cuando acabás de ver Ironman, buscás en Google cada boludez que mencionan en Numb3rs y te das cuenta de que dentro tuyo puede haber un “”inteligentísimo”” (nótense las dobles comillas) asesino serial al final de cada capítulo de Dexter. Empezás a encontrar situaciones de la realidad calcadas de algo que viste en la tele y ante un pelotudo hecho cotidiano inventás un océano de retorcidas teorías en las que todo es posible. Te cuesta horrores aceptar las anécdotas tal y como te las cuentan y sospechas de todo. En realidad, sos una persona ordinaria, poco interesante, con menos imaginación que un bizcocho y NUNCA NADIE va a hacer una película o una serie con vos. Apagá la tele que no sos Truman, esto no es un show y nadie te paga los PNT (buscar PNT en Google).

11. La carga más insoportable es UNOMISMO.

Podés mentir, podés decir la verdad, podés desaparecer, podés reinventarte. Podés hacer amigos, podés perderlos. Podés enamorarte y olvidar. Se puede cambiar de estado, de situación, de domicilio, de idea… pero no vas a poder ser una cosa diferente a lo que sos. El único truco es conocerse y trabajar duro para ser el MEJORUNOMISMO, porque al MEDIOCREUNOMISMO no lo arregla ni la muerte.

12. Demostrá lo que NO podés.

En teoría, nadie puede hacer nada. Llegamos al mundo como unos gusanos inútiles que demoran una asombrosa cantidad de tiempo para adquirir una habilidad primitiva -como proveernos de nuestro propio alimento-, entonces es muy lógico que demores algo más que un león en ser el rey de la selva. Si siempre arracás la frase con “Yo no puedo…” es hora de demostrarle al mundo que es cierto lo que decís, porque tu sola palabra es insuficiente. Si crees que no podés cantar, cantá; si no podés escribir, escribí; si pensás que no podés mejorar, mejorá. Y cuando te des cuenta de que te cuesta un huevo, o que estás tardando mucho en cosas básicas, pensá que el ser humano es lento, torpe y débil, y que vos no sos más que eso. El resto del reino animal se caga de risa cuando ve un humano.

Una mención especial al Sr. José Luis Orihuela por haber hecho eco de la propuesta (yo creo que ese muchacho tiene futuro en la blogósfera…)