Hace ya unos posts que he abandonado el tema motivador de este blog, que son las Generalizaciones. Esto de meterme en temas personales le quita frescura y alegría.
Hay leyes universales indiscutibles como la de la Cadena de Cagadas, qué es como la película Cadena de Favores pero al revés. Por cada vez que yo hago una cagada, me pasan cinco a mi –y para ponerlo más crudo, por cada persona que cago me cagan cinco a mi-.
Vamos al caso más típico que es la cagada sentimental-amorosa. Estás de novio/a tranquilo y feliz, pero se te cruza una persona que encarna todo lo que vos no podés tener Y TE DA BOLA. Para no arriesgar tu paz hogareña solo te limitás a histeriquear, pero hay manos, roces, mensajitos de texto innecesarios, tal vez algún chateo y besos. Cuando ya te sentís el mismísimo Lucifer y te das cuenta que un centímetro más de esa jodita va a privarte de toda esa paz de la que disponías te das cuenta de que LUCIS UNAS ASTAS FENOMENALES. Porque mientras estabas probando tus dotes de conquistador/a tu pareja tenía todo el tiempo del mundo para ponerte los cuernos.
Conclusión: Cuando vas a cagar a alguien que te quiere, preparate para que te caguen cinco veces más y peor.
La cagada familiar-filo-parental. Los padres que no pudieron estudiar deciden que, para que no se caguen la vida, sus hijos deberían estudiar abogacía o medicina. Así les cagan una promisoria carrera como músicos, bailarines o loquesea. Así, que los vástagos, sintiéndose cagados en su vocación, deciden que la carrera que dura 6 años la van a hacer durar 12/15 años y que nunca se mudarán de la casa paterna ni conseguirán ningún trabajo de más de 4 horitas porque tienen que “estudiar”. En el medio, podemos agregar, según la seriedad del caso, algún viaje iniciático de un par de añitos por lugares insólitos para “despejarse”, tal vez alguna descendencia no buscada y adicciones varias para condimentar.
Conclusión: Cuando pienses cagarle la vocación a un hijo tuyo porque lo ves desorientado preparate para que te cague cinco veces más y peor cuando se oriente.
En el trabajo, las cagadas pueden tomar giros muy inesperados. Cuando, para hacerte el simpático invitaste a tu jefe a comer un corderito al asador que temandotuprimaqueviveenEsquel y ganarte el ascenso, que andaba dando vuelta por ahí como rumor, tu único temor fue saber que estabas cagando a tus compañeros. Pero olvidaste que tu jefe podía calentarse con tu mujer –cosa que hizo-, que te iba a dar más trabajo que el que tenías para que llegues más tarde a tu casa –y llamar a tu mujer-, que te convertiste en el boludo de la oficina porque SIEMPRE te tenés que quedar después de hora –para que tu mujer acceda a acompañar a tu jefe a comprarse un traje, total vos vas a llegar re tarde-, que ya que estaban en el shopping le compró la PlayStation 6 a tus hijos –y que por eso le dicen Tío Norberto-. Además, tus compañeros no te invitan más a jugar al fútbol –por cagador y porque Daniel de administración resultó se un valor-, tu mujer ya no te admira –porque se dio cuenta que hay hombres que tienen un BMW, un barquito, una isla en el Tigre, un depto en Punta, saben combinar los zapatos con el cinturón y que pueden gustar de ella- y te tenés que bancar a la mujer de tu jefe –ah…no les dije ERA CASADO- que te llame llorando todos los días porque el marido está con LA ZORRA DE TU MUJER.
Conclusión: Cuando pienses que sos tan vivo como para cagar a un grupo de personas que están en igualdad de condiciones que vos, pensá que diez culos cagan más y peor que uno.
Como este tema es taaannnn interesante, creo que más de uno podrá sugerir nuevas cadenas de cagadas para próximas ediciones. Se reciben comentarios.