Segunda parte del Instructivo que está haciendo furor en Internet. De la reconocida estrella web Marina Torchiari, para sus queridos lectores. Recordá que podés encontrar todos los posts de la colección bajo el tag LADO TORCHIARI. Viene de Instrucciones para ser Marina Torchiari – Primera parte.
5. Chupar medias es un asco por definición
No hay cosa más enriquecedora -como ya expliqué antes- que reconocer el talento ajeno, pero andar por la vida repartiendo geranios es una burrada. Cuánto más vale el reconocimiento de una persona que no malgasta sus felicitaciones al lado de otra que gasta sus días intentando ser agradable a toda costa, con el morro lleno de medias sucias. Para que tus ideas sean una opinión válida no podés estar diciendo QUE TODOESDIVINOTEFELICITOQUEGRANDEQUESOS siempre y a cualquiera. La obsecuencia es un parche barato para la falta de criterio.
6. Tu pasado te condena
Todos somos la suma de nuestras capacidades más nuestra experiencia. Tenés que preocuparte tanto por lo que hayas hecho como por lo que no hiciste. Los fáciles piensan que la gracia es evitar que se sepan las cagadas anotadas en sus legajos, pero mienten descaradamente agrandando su currículum con conocimientos que DEBERIAN TENER, pero de los que carecen. Nunca te inventes un pasado de superhéroe porque esa historia dura menos que un capítulo de Smallville.
7. Las elites son excluyentes y no exclusivas
En general, las elites tienen en común, SOLAMENTE, el rechazo de los demás. La autopista para la creación de esos grupetes pedorros de “elegidos” es que el resto del mundo no se los banca. Cuidate mucho de caer en la soberbia de creer que por “pertenecer” a un grupo mínimo sos un banana bárbaro, porque lo más probable es que tengas una banana mínima (la sutileza, ante todo). Una cosa es reunirse por una determinada afinidad y otra, muy diferente, es juntarse para excluir a los que no son afines a nosotros, porque lo que más discrimina es tu propia discriminación. No te dejes seducir por una elite “auto-ungida” cuando podés coquetear con TODO EL MUNDO.
8. La primera impresión no sirve para nada
Todos tenemos malos días o nos encontramos, a veces, en situaciones complicadas que nos hacer dar una mala impresión a los demás, o nos impiden tomar una buena imagen de los otros. Todos somos un conjunto de circunstancias y las relaciones se construyen con el tiempo en que suceden esas cosas. Hacer una valoración apresurada de una persona es tan idiota como permitir que nos juzguen en un primer momento de conocernos. Cuidar lo que transmitimos, en TODO MOMENTO, con TIEMPO, con COHERENCIA, con RESPETO, es el único camino correcto. Guiarse por la primera impresión es una forma obvia de prejuicio.
/Continuará/